miércoles, 25 de marzo de 2015

Alba enroscada

Esperando en madrugadas huérfanas a que aparecieras
entre la niebla ver pasar el recorte de tu figura,
tal vez borracho, tal vez acompañado de ella,
seguramente hablando afanado sobre la última revelación
que tuviste en esta noche abandonada.
Mientras inmóvil e impotente te veía escurriéndote de mi voz,
ya nada de mí te roza.
Soy el suelo naranjo aplastado por los pasos de los bohemios
y por las inflexibles luces de neón.
Otro cigarro me incrusta más a esta terrible esquina porteña.
Y no te veo pasar.
Dónde estás,
letanía en un bar,
dónde estás,
entro a otro más,
y abro las compuertas secretas de la calle inclinada
esperando encontrarte besando.
Pregunto al mendigo si ha visto entrar a esa alta figura recortada en la niebla.
Pregunto a las estaciones si tomó otro camino.
A las plazas pregunto si se sentó a acariciarla
con sus parcas insinuaciones.
Tampoco las caras de los enfiestados me dicen si te han visto alguna vez.
Nada me dice que en realidad existas.
Soy calle para verte bajar sutilmente,
pero es que en verdad ni siendo piedra, vino y aceite puedo lograr encontrarte.
Camina sobre este suelo naranjo aplastado por el alba, por favor,
que aquí sigo enroscada por contener esta seca lágrima embriagada.
Happy Together  (Wong Kar-wai)
Cuánto frío tiene esta alba
y cuán pétreo está ese mar burlesco de tu ausencia.
El suelo sigue naranjo
aunque el frío hace ver azul las veredas transitadas por borrachos estudiantes.
Vienes.
Y aquí viene sin ti el alba enroscada.
Mi espalda se llena de palomas gimiendo.